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Por: Web Matser

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En sus 457 años, acumuló verdaderas obras maestras, desde las más antiguas construcciones en tapial, como el Pateo do Collegio (que se reconstruyó, pero todavía guarda una de las paredes en ese estilo) y el Museo de Arte Sacro, hasta los modernos, incluso el Museo de Arte de São Paulo (Masp), el Museo Brasileño de Escultura (Mube), el Hotel Unique y el Instituto Tomie Ohtake, de Ruy Ohtake, además de las obras de Oscar Niemeyer, como el Edificio Copan, el Memorial de América Latina, y las bellezas del Parque Ibirapuera (Oca, Auditorio, ‘Marquise’, etc.).

Los estilos europeo, renacentista y ecléctico también marcaron muchos proyectos en la ciudad. Es el caso de la Estación Julio Prestes (donde se ubica la Sala São Paulo, de la Estación Luz, del Museo Paulista (Museo Ipiranga, el primer edificio de ladrillo en São Paulo, Palacio Bandeirantes y la Pinacoteca – su diseño es de una de las más ilustres personas de la capital, Ramos de Azevedo, quien también diseñó el Theatro Municipal y la Casa de las Rosas.

Hay también otros bellos ejemplos de construcciones de la época Brasil colonia, como el Solar de la Marquesa de Santos, la Casa del ‘Sertanista’ y la Casa del ‘Bandeirante’ y puntos con gran concentración de bellezas arquitectónicas, entre ellas las avenidas Paulista y Berrini y el Casco Antiguo. Eso sin hablar de la arquitectura religiosa, gran parte en los estilos gótico, barroco y bizantino, como la Catedral Sé, uno de los cinco mayores templos góticos del mundo, y la Iglesia de Consolação, el Largo São Francisco y el Monasterio São Bento.

Eses y muchos otros ejemplos arquitectónicos hacen de São Paulo un local para admirar.